Para cerrar este asunto de la presbicia, nada mejor que una canción, (con una letra más grande para que la gente como una la pueda llegar a leer). La música puede prescindir de una buena vista, y para empezar a quedarnos sordos aún nos faltan unos añitos.
Les dedico este tema a todos aquellos que están recorriendo -o mejor dicho, tanteando- el camino con lentes para ver de cerca. Y espero que Pablo Milanés no me demande por esta versión:
EL TIEMPO PASA
El tiempo pasa
y ya no veo lo que leo
y a la “m” la confundo con la “t”.
y a la “m” la confundo con la “t”.
En cada evaluación,
mi presbicia va en aumento
y el oculista me ha dado
¡un bastón!
Pasan los años
y ahora de cerca
casi no veo
tenía vista de halcón,
tenía vista de halcón,
y ahora parezco un manatí ciego.
Lo de años atrás:
ojear el diario, leer la guía,
sin forzar la retina
ya forma parte de la era glacial.
Porque el tiempo pasa
y no puedo leer el prospecto
y la dosis del colirio
no la sé.
Para ver una anotación
la tengo que alejar un metro
Me haré lentes anti-reflex
para PC.
Ya ni enhebro
la aguja cuando
hago un remiendo
en lugar de hacer zurcidos
le pongo broches a los dobladillos.
Y aunque practico Feng Shui
y me mantengo en formol
para poder evadir
esta tremenda oftalmía
que me hace ver con imprecisiones.
Porque el tiempo pasa
nos vamos poniendo ciegos
y se hace evidente
y se hace evidente
mi chochez.
Y cada celebración,
Y cada celebración,
cada evento, es un fiasco
porque ya no adivino
porque ya no adivino
con quién estoy!